jueves, 19 de enero de 2012

CANOA, Ecuador

Parece que fue hace casi una vida cuando salí de Popayán (Colombia).
A las 5,30h de la mañana estaba en la terminal, el bus saldría media hora mas tarde destino Ipiales para cruzar la frontera hacia Ecuador.
Se retrasa 1 hora en la salida, va recogiendo pasajeros por todos los pueblos para llenar la capacidad del bus. En Pasto, tras 6,5h de viaje, solo quedamos 3 personitas que queremos seguir adelante hasta la frontera, asi que nos cambian de bus, lo que supone una hora más de espera. Suerte que el transporte es bien barato... :) y que durante todo el camino voy charlando con Julián, un Colombiano de 40 años que me explica la situación actual de Colombia y los enfrentamientos internos que hay.

Una vez en Ipiales sello el pasaporte en la aduana Colombiana, cruzo a pie un puente y... hello Ecuador!! Una nueva espera de una hora en la oficina de inmigración de Ecuador para poner un sello más a mi pasaporte y bus de nuevo hasta Otavalo. Lo que iba a ser un trayecto de 2,5 h acaba convirtiéndose en casi el doble de tiempo... pero por fin llega el bus, que me deja en medio de una carretera soltándme la mochila a toda prisa (los pasajeros iban ya enfadados y no podía demorarse más, ni siquiera para darme tiempo casi a coger mis cosas).

Tras una respiración profunda relajo mi mente para que no entre en pánico, me dirijo a una gasolinera y suerte de la vida, encuentro un taxista que aunque acaba de finalizar el servicio, se ofrece amablemente a acercarme hasta el hostal" El Viajero", buen servicio, desayuno, wifi y habitación por 11dolares.

Me siento mareada y con dolorcillo de cabeza... una sensación que me acompaña varios días.

Al día siguiente visito Otavalo: mercado de Ponchos, mercado de frutas (ricas ricas ricas.... mmmm!!!), cascadas lindas, duermo un poquito y a la mañana siguiente rumbo a Quito.

Se repite lo mismo, en ventanilla afirman que es directo pero va parando en cada pueblo para llenar el carro. Una vez llegamos (casi 5 h de viaje) cogemos un nuevo bus para ir a la otra terminal desde donde salen carros a la costa.

Una ciudad bien grande, a 2800m de altitud, increibles vistas con la montaña que la rodea cuando se esfuma la espesa niebla que nos dicen suele estar siempre presente. Me sorprende la temperatura, casi fria!! nada como imaginaba.

Una vez en la terminal Sur, bus destno a Canoa: a las 23h estamos en Pedregales, el bus no puede continuar porque el río está crecido, hay que esperar hasta el día siguiente.

Hacemos noche, noto que el dolor de cabeza ha desaparecido (ya estoy a nivel del mar... esa sensación tan rara con el revoltijo de estómago era el mal de altura...!!) y a la mañana siguiente nuevo bus hasta Canoa.

El viaje tiene premio: espectacular Pacífico, playa, olas, sol...

Ahora, a disfrutar!

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