una frase que me acompaña estos días... y con la que decido comenzar este blog.
Escucharse... parece lo más fácil del mundo. Aparentemente hacemos lo que queremos hacer, avanzamos hacia donde queremos ir...
pero bajo mi experiencia, encuentro que buceando un poco en ello, profundizando en nosotros mismos, todas nuestras acciones están condicionadas y que de libres, tenemos poco...
condicionadas por nosotros mismos, por nuestros miedos, por nuestros prejuicios y nuestras ideas (a veces erróneas)
La intuición se puede desarrollar también, es lo que sale naturalmente, algo que todos llevamos dentro y que nos hace más sencilla la vida si sabemos incorporarla en nuestras acciones.
Me encuentro en un debate interno ahora mismo: de un tiempo a acá, me he preocupado por desarrollar esa vocecita, por cuidarla y dejar que alumbrara mi vida. Me intento dejar guiar, y cuando dejo que entre en mi vida me siento sosegada, tranquila, confiada.
Sin embargo, reaparece algo importante en mi vida, algo sobre lo que no tengo control... una jaula de sentimientos que se libera de nuevo y que revolotea por mi cabeza.
Emociones que me embriagan, que lo quieren todo ya...
Y es entonces cuando me escucho, cuando oigo y veo claro lo distinto que es la emoción del sentir.
Lo efimero de la emoción... viene y va, no es estable, pero nos gusta, nos hace sentir vivos... nos engancha!
y lo que mantiene viva la emoción está lejos de lo que me empleo en cultivar y hacer crecer, mi Ser, mi espíritu... mi sentimiento. Y el sentimiento no entiende de prisas, está más allá. No viene y va, simplemente está y es: imperdurable, estabable
sábado, 27 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar